martes, 1 de noviembre de 2011

LOS PICAPIEDRA, ALIADOS DEL IMPERIALISMO. IDEOLOGÍA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS.

GORKI TAPIA DELGADO
correo electrónico: gorkitapia@hotmail.com

Revista del Instituto Nacional del Cultura del Perú.
“TEXTUAL" No 8, Lima, 1973. Páginas 63-66.

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“los picapiedra, aliados del imperialismo”
Iddeología y medios de comunicación de masas.

Toda sociedad descansa sobre la producción y reproducción de sus formas de existencia material, así como sobre la producción y reproducción de sus formas de existencia espiritual. El capitalismo, ininterrumpidamente, produce y reproduce las reglas de juego de su estructura económica basado en la propiedad privada de los medios de producción. También ininterrumpidamente, el capitalismo produce y reproduce su ideología: valores, creencias, conocimientos, visiones del mundo, etc. La estructura productiva de la sociedad determina las relaciones de producción entre los hombres y define y califica sus productos.

En el capitalismo todo tipo de producción material e intelectual adquiera la forma de mercancía. Los medios de comunicación de masa (cine, radio, televisión, prensa) son utilizados como tal por la clase capitalista.  Por lo tanto, sus contenidos están cargados de la ideología capitalista, que tiene en propiedad privada los medios de producción fundamentales de la sociedad, realidad que otorga al capitalismo el ser la fuerza espiritual dominante de ésta.

Lo importante de una mercancía es su valor de cambio, pero antes debe acreditarse como valor de uso para realizarse como valor de cambio. Es decir, las mercancías tienen valor de uso en tanto son soporte del valor de cambio.

El capitalismo trata de asegurar el consumo de mercancías en forma masiva y, paralelamente, “fabrica” nuevas necesidades en los compradores. Para ello recurre a un arma eficaz: la propaganda. Esta contribuye a condicionar nuevas necesidades y a racionalizar como valores de uso a las nuevas mercancías que se producen. Es decir, hay una creación artificial de necesidades mediante la publicidad y la propaganda.

Como contrapartida a lo descrito, en el capitalismo se genera una calidad humana pasiva, débil, maleable, que no percibe sus auténticas necesidades, sino que hace suyas necesidades inauténticas, generadas por el sistema.

Los mecanismos de disuasión-persuasión de los medios de comunicación de masas quedarán encargados de conminar al consumidor para que compre más y más. El aparato productivo del capitalismo, crea al “hombre de la mercancía”.

Pasemos a ver qué sucede en la superestructura. En ésta, se producen y reproducen los valores, creencias, horizontes de ideas, patrones de consumo, etc., del sistema. Se produce y reproduce la visión que tiene la clase capitalista sobre el mundo, los hombres, etc. Esta visión tiene carácter de clase y es una visión ideologizante (falta conciencia sobre la realidad).

La ideología capitalista tiende a legitimar al capitalismo y a considerarlo como un orden natural (el paradero final del desarrollo humano) al que los hombres deben adaptarse. Sirve a los explotados para que consideren su situación, como algo deseado por el “alto” o debido a su propia incapacidad. Sirve también a los explotadores en cuanto les provee de racionalizaciones para que mantengan la “conciencia tranquila” y consideren que su posición se debe al trabajo sacrificado, la inteligencia, a “Dios”, etc.

Es un lugar común sostener que la ideología dominante es una sociedad corresponde a la ideología de la clase dominante. Y en el capitalismo, es la ideología capitalista. Esto no quiere decir que no existen otras ideologías, sino que la ideología capitalista es impuesta, transmitida, difundida por todos los medios que tienen los explotadores en sus manos.

El capitalismo genera formas ideológicas que operan sobre los procesos cognitivos del hombre impidiendo que éste tome conciencia de sus verdaderos intereses y de su papel histórico en la sociedad.
Es en este punto donde cumplen su papel los medios de comunicación de masas produciendo y reproduciendo formas y contenidos de la ideología capitalista. Es de naturaleza ideológica la clasificación que hacen los ideólogos del capitalismo al reconocer diferentes uno de otro, mensajes premotivos, recreativos, distractivos, persuasivos, educativos. Todos los mensajes son educativos en una y otra forma. Se educa uno en el hogar, en una crónica deportiva, en un comercial, en los dibujos animados, etc.

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La dominación ideológica de los explotadores, utilizando los medios de comunicación, es ejercida con las formas más brutales de violencia, cual es la “violencia simbólica”. Se sostiene que “toda acción pedagógica es objetivamente una violencia simbólica en tanto imposición, por un poder arbitrario, de un arbitratio cultural”.

Los dibujos animados, en el enfoque teórico que estamos utilizando, cumplen la función de “vacunadores sociales” en la audiencia infantil. Sabemos que las vacunas (por ejemplo, la vacuna antipolio) son virus debilitados por diversos procedimientos para disminuir su poder patogénico. Estos virus debilitados son inoculados a los niños, par”a que el organismo prepare los anticuerpos necesarios de modo que cuando se produzca el peligro real de enfermedad, ésta no se desarrolle. Cuando se instala la enfermedad, hay posibilidades de que el organismo salga victorioso, porque cuenta con un defensa organizada, que le es proporcionada por los anticuerpos.

Así obran los dibujos animados: proveen de anticuerpos para que el individuo ofrezca resistencia a nivel de conciencia a nuevos valores, nuevas creencias, nuevas visiones sobre el mundo, etc., que hagan peligrar la consonancia síquica del individuo con la ideología capitalista. Para los explotadores, estar en “salud” es estar en “ideología”. Simplemente la alienación es una concientización al revés.

“Los Picapiedra”

“Los Picapiedra” es una serie para niños en la que se presentan problemas cotidianos de dos familias de primitivos como figuras centrales. Los personajes son:

Pedro Picapiedra. Tipo rudo, egoísta, individualista, escasamente inteligente, irreflexivo, violento, que ansía el éxito (tal como se entiende en el capitalismo: tener dinero, amigos influyentes, ser conocido, etc.)

Vilma. Esposa de Pedro Picapiedra, existe sólo a nivel doméstico y domina a su marido sin que éste se dé cuenta. Sus mayores ambiciones estriban en comprar vestidos y poder adquirir un abrigo de piel de visón.

Pablo Mármol. Amigo de Pedro Picapiedra, pasivo, acepta todo lo que le dice Pedro, quien le ordena todo tipo de tareas. Tiene sentimientos nobles.

Betty. Esposa de Pablo, con las mismas características de Vilma.

Pebbles y Bam Bam. Hijos de Pedro y Vilma y de Pablo y Betty, respectivamente.

El ambiente que nos presenta la serie es el de un pueblo primitivo. La ciudad donde moran nuestros personajes se llama “Piedra Dura”. Los productores de la serie extrapolan al pueblo primitivo el ambiente de consumismo de una ciudad capitalista, con sus valores, creencias y jerarquías. Así, vemos que en “Piedra Dura” hay zonas residenciales donde viven las personas de riqueza y prestigio del lugar, a las que aspira llegar Pedro.

Los personajes se encuentran rodeados de objetos de consumo que han sido sustituidos ingeniosamente por animales. Observamos los siguientes objetos de consumo:

Una plancha es una tortuga.
Una afeitadora es una concha con abejas en su interior.
Una aspiradora es la trompa de un elefante.
Un ascensor funciona jalado por monos.
Una ducha es la trompa de un elefante.
Un automóvil es un tronco de madera (troncomóvil).

También poseen teléfono, podadora de césped, televisión, tocadiscos, intercomunicador, máquina de escribir, refrigeradora, etc.

Descrito el ambiente en que se desenvuelven los personajes, reseñaremos una hermosa joya de esta serie que fue transmitida por canal 5, Panamericana Televisión, el 13 de agosto del presente año.

(Resumen)

Picapiedra en su troncomóvil se dirige rápidamente a la fábrica donde trabaja, pero un troncomóvil lujoso le impide pasar. Picapiedra logra adelantarse y descubre que quien va en él, es su jefe. Este mira duramente a Picapiedra y le dice:

-          ¡ Vuelva a su lugar, o sea, detrás de mío!

Pedro Picapiedra molesto y sin protestar cumple la indicación.
Debido al incidente, Picapiedra llega al trabajo con un retraso de cinco segundos. El capataz lo amonesta a gritos por llegar tarde y le dice enérgicamente:

-          ¡Picapiedra, te vamos a descontar por tu tardanza!

Malhumorado por la amenaza, Picapiedra se dirige a realizar su labor cotidiana, consistente en manejar una elevadora en la cantera de piedras. Después de un rato, va a tomar agua y aprovecha para descansar.

El jefe, que lo está observando por televisión, en circuito cerrado, llama al capataz por un intercomunicador y le ordena:

-          Vea, capataz. Ese Picapiedra está descansando… ¡hágalo trabajar duro y fuerte!

Picapiedra, harto de lo le ha pasado, expresa.

-¡Estoy cansado del trabajo! ¡El jefe es un explotador!

Como compensación se muestra que Pedro Picapiedra tiene un amigo llamado Gazú, un personaje fantástico que se le aparece en los momentos difíciles.

Gazú.- ¿Qué quieres, Picapiedra?

Picapiedra.- Quiero que me conviertas en jefe por un día para hacerle pasar a mi jefe todo lo que me hace.

(Gazú concede la gracia a Picapiedra)

Al día siguiente, Pedro aparece en un inmenso troncomóvil con su chofer. La primera medida que toma es hechar a su amigo Pablo del troncomóvil.

Picapiedra.- ¡Bájate enano de mi troncomóvil!.

Pablo.- Pero si tú me llevas al trabajo todos los días…

Picapiedra.- Eso era antes. Ahora soy jefe y no quiero que me vean en tu compañía.

(Rato después…)

Picapiedra observa que su antiguo jefe, llamado Rajuela, avanza en la pista detrás de él, manejando un troncomóvil pequeño. Picapiedra no quiere darle pase y al llegar a la fábrica le dice al guardián:

-          Controle el tiempo al obrero que viene detrás de mí

En la siguiente escena, Picapiedra está cómodamente instalado en la oficina como jefe y dice:
-          Esto es vida, no tengo nada que hacer, gano mucha plata y fumo cigarrillos finos.

(Rato después…)

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Entra Vilma a la oficina luciendo un vistoso abrigo de visón.

Vilma.- Mira el abrigo que he comprado. Es muy hermoso y me ha costado tanto…

Picapiedra.- (Molesto y agarrándose la cabeza). Pero Vilma…

Vilma.- ¿Para qué eres jefe? Las esposas de los jefes deben usar este tipo de abrigos.

Picapiedra.- (Agarrándose la cabeza nuevamente ) Pero Vilma…

(Rato después)

Entra un hombre a la oficina de Picapiedra.

Hombre X.- Picapiedra, hay que trabajar rápido

Picapiedra.- Si yo soy el jefe….

Hombre X.- Sí, tú eres el jefe, pero yo soy el presidente del Directorio y los directores somos dueños de la fábrica.

Picapiedra.- Bueno, me voy a almorzar.

Presidente del Directorio.- No hay tiempo. En este momento se reúne el Directorio y, mientras discutimos, almorzamos. (Le alcanza una zanahoria a Picapiedra).

Picapiedra.- ¡Una zanahoria! (Pensando). De obrero almorzaba mis churrascos de brontosaurio. Pobre Rajuela (el anterior jefe de Picapiedra), ahora comprendo que él no era todo lo feliz que yo pensaba, a él también lo gritaban y lo hacían trabajar demasiado.

Picapiedra trabaja intensamente ese día y, al terminar la jornada de trabajo, dice:

Picapiedra.- ¡Qué felicidad! … Llegó la hora de la salida… Ahora me voy.

Presidente del Directorio.- ¡Ud. no se va!... Porque para los jefes no hay horario… ¡Quédese a trabajar más!... El horario es para los obreros y Ud. es jefe!

Picapiedra se queda a trabajar hasta la noche. Al retirarse del trabajo e irse a su casa, feliz después de haber pasado una jornada agotadora (pensando):

-          Me doy cuenta de que mi jefe Rajuela no era tan malo, y comprendo que trabajaba mucho.

(Picapiedra en su casa)

-          Es mejor se obrero que se jefe. De obrero se es más feliz: uno sale a su hora, cumple un horario, trabaja menos, tiene mejores alimentos (churrascos de brontosaurio). De jefe, uno trabaja demasiado, lo gritan, ho hay horario para los jefes, y se alimentan mal (zanahorias).


Comentario

            Las constantes que existen en las diferentes entregas de la serie se identifican con los valores y las costumbres propios del capitalismo. Supuestamente, “Piedra Dura” es un pueblo de primitivos, pero históricamente vemos que nada tiene que ver con él. Se hace tabla rasa de todas las características de la sociedad primitiva. El objetivo es muy claro: el capitalismo trata de hacer creer sutil y descaradamente, que sus formas de consumismo, sus valores, sus creencias, su “naturaleza humana”, etc., son formas naturales de la existencia de la sociedad, que siempre han existido, que siempre existirán. Recordemos que la audiencia de esta serie es infantil y que al presentarles un pueblo ahistórico, características de sociedad de consumo, están internalizando esa única perspectiva de visión del mundo.
Marx, al refutar el enfoque abstracto y ahistórico de Bentham, quien consideraba al inglés de comienzos del siglo pasado, como el hombre “normal” de toda la sociedad humana, expresó: “Bentham (…) con la más candorosa ingenuidad toma al filisteo moderno, especialmente al filisteo inglés, como al hombre normal. Todo lo que sea útil para este lamentable hombre normal y su mundo, es también útil en forma absoluta. Por este rasero mide después el pasado, el presente y el porvenir”. De igual forma proceden los modernos burgueses del capitalismo monopólico.

Cómo es la ciudad se nos presenta en “Los Picapiedra”

Esa sociedad de primitivos (según ellos) posee todas las características de la sociedad de consumo, con hombres cuyo único interés es consumir, viviendo a un nivel primario. No existen conflictos de ninguna clase. Es una sociedad idílica en donde los problemas no pasan del nivel individual.
A través de las constantes que se dan en la serie, se trata de internalizar en los espectadores que el desarrollo humano tiene una sola dirección: el capitalismo y la sociedad consumista (obsérvese el ambienten que se desenvuelven los personajes). Los Picapiedra poseen todos los objetos de una sociedad de consumo: televisión, refrigeradora, aspiradora, automóvil, teléfono, tocadiscos, etc. Se connota que los hombres han tenido los mismos intereses que se asumen hoy en la sociedad capitalista, esto es, el hombre persiguiendo el bienestar material.

Los valores que nos presentan en la serie

Los valores que muestran los personajes de la serie son los del capitalismo. El egoísmo e individualismo en la sociedad de consumo empujan al hombre a pensar sólo en sí mismo, lograr comodidad material son preocuparse por el resto de la sociedad. Es constante el afán de Picapiedra por sobresalir aún a costa de hacer quedar mal a su amigo Pablo. En la historia narrada, vemos cómo Picapiedra arroja del carro a Pablo, su mejor amigo.

El valor supremo del capitalismo es la competencia en la que triunfan “los mejores” (los propietarios de los medios de producción). En “Piedra Dura” hay concursos de belleza, elección del hombre del año (Picapiedra triunfa como beisbolista y jugador de bolos).

Picapiedra llega a la conclusión, en la emisión que comentamos, que la sociedad tal como está constituida es la forma ideal de la organización social. El capitalismo descansa sobre la producción de mercancías como valores de cambio, y también sobre la producción de ideología. Empuja a los hombres a comprar más y más, es decir, a consumir su producción material y también impone a los hombres el consumo masivo de su ideología. Esto último supone una visión abstracta, ahistórica, segmentalizada, particularista, estática de la sociedad. Sobre el papel de los hombres se busca internalizar como valor supremo la competencia (la sociedad brinda iguales oportunidades a todos) y conforme salga uno en la competencia, la sociedad, cual madre amorosa, otorgará a los competidores, propiedad, prestigio y riqueza.

El status

La posición que ocupa el individuo se hace explícita mediante el consumo. Observamos que Picapiedra posee un troncomóvil pequeño mientras que se jefe utiliza uno lujoso, manejado por un chofer. Al cambiar de status, Pedro se hace de un troncomóvil grande y no permite que su amigo Pablo viaje con él.

El consumo conspicuo es señal de haber llegado “arriba”. Vilma, en su papel de esposa del jefe, adquiere un costoso abrigo de visón. En el capitalismo,

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el adoptar símbolos del status es inherente a la lucha por lograr prestigio y poder.

La sociedad de tipo jerarquizado

La relación de sujeto-objeto entre los hombres de la sociedad capitalista que tiene su base en la propiedad privada de los medios de producción por la clase capitalista, es mostrada en la serie en toda sus desnudez. Cuando el jefe se encuentra en la pista con Picapiedra y le dice: “Vuelva a su lugar o sea detrás de mí”, esto, en buen lenguaje significa que el obrero jamás puede estar delante de un miembro de la clase dominante, ni intentar pasarlo.

En la sociedad capitalista se internalizar que el desempeño de las diferentes labores se ejecuta de acuerdo a la capacidad de los individuos que compiten en igualdad de condiciones. Por eso pintan a Pedro como a un sujeto escasamente inteligente.

Fantasía
En los momentos problemáticos de Pedro se le aparece Gazú, personaje fantástico que lo ayuda a resolver sus problemas. Observamos cómo Gazú convierte a Pedro en jefe. Queda muy claro el propósito ideológico de este hecho. Se propone que los explotados recurran a creaciones escapistas, llámense fetiches, mitos, Gurú Maharaj Ji, Hermano Ruibal, o directamente asomarse a algún arbol de algarrobo para resolver los problemas, pero nada de tocar la sacrosanta propiedad capitalista.

Conformismo
La serie conlleva una gran dosis de conformismo. Esto se evidencia cuando Pedro reconoce que era más feliz como obrero que como jefe, y regresa feliz, sin aspiraciones, a su puesto de obrero. Pedro reconoce implícitamente su inferioridad, aceptando que los obreros como él deben orientarse en la vida por los estereotipos que los explotadores les han impuesto, la autovaloración negativa del dominado.

En el capitalismo no son sólo factores objetivos los que obstaculizan la autorrealización de los explotados (la explotación capitalista que descansa sobre la propiedad de los medios de producción por la clase capitalista), sino que también se suman factores subjetivos como la internalización en los explotados de su inferioridad (“cultura de la dominación”). Recordemos que el pongo se sentía pequeño y miserable frente al patrón hermoso y alto en “El sueño del pongo” de José María Arguedas.

La difusión de la ideología de la dominación tiende a adormecer al hombre, ahorra a los explotadores la utilización de la coerción física para mantener a raya a los explotados. El aparato represivo radicará en la propia conciencia de los dominados, que les impedirá enfrentarse al capitalismo explotador.

CONCLUSIÓN

LA SERIE inculca en la audiencia infantil los valores y costumbres de la sociedad capitalista consumista. Con el pretexto de entretener, introduce sutilmente la noción de la existencia de una sociedad ahistórica, estática, donde el desarrollo sólo puede concebirse como desarrollo capitalista. Alienta el conformismo, la apatía, el individualismo, escapismo alienante. Legitima la relación sujeto-objeto entre los hombres como algo eterno y natural. Sugiere la noción de que por medio de la obtención de bienestar material, el hombre (todos los hombres) logra la felicidad. Es de esta forma que se consigue achatar la conciencia crítica de los niños y aplastar su poder creativo.

La Revolución Peruana, conducida por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, ha logrado grandes victorias estos últimos cinco años. Las leyes de reforma agraria. Minería, pesquería, industrias, etc., están modificando la fisonomía del Perú tradicional subdesarrollado y dependiente.

Nuestra revolución busca abandonar el sistema capitalista y conformar una sociedad nueva distinta al capitalismo y distinta al comunismo, una sociedad de democracia social de plena participación. En este contexto, el papel que deben jugar los medios de comunicación de masas y la educación formal e informal, es de primerísimo orden, en tanto, consolide los cambios estructurales y modele al hombre nuevo: crítico, creativo y comprometido.

La revolución peruana que trata de superar al capitalismo no puede “cruzarse de brazos” frente  a este tipo de “enemigos” (los dibujos animados) que, aparentando “distraer” con contenidos extraños a nuestra realidad y a nuestros problemas, se orientan a hacer de la audiencia infantil, seres pasivos, conformistas, acríticos, obedientes a los dictados de la sociedad consumista del país imperialista.


NOTAS

1. V. M. Margullis, “Condiciones de producción y de idelogización de la ciencia social en países dependientes”, en Revista Argentina de Psicología, No. 8, Buenos Aires 1970. Somos deudores de este trabajo al que seguimos en sus líneas fundamentales.

2. Para mayor información sobre publicidad y propaganda se pueden consultar los trabajos de Vance Packard, Las formas ocultas de la propaganda, Los artífices del derroche, Los buscadores de prestigio, editados por Sudamericana de Buenos Aires. Sobre el concepto de mercancía se puede consultar a Marx, El Capital, tomo I, y también “Trabajo asalariado y capital” del mismo autor en Obras escogidas de Marx y Engels, t. II. Ed. Progreso, Moscú 1966.

3. Sobre el concepto de ideología se pueden consultar los trabajos de L. Althusser, La revolución teórica de Marx y La filosofía como arma de la revolución. También en L. Althusser, J. Semprún, M. Simón, M. Verret, Problemas sobre marxismo y humanismo.

4. Este punto está extensamente abordado por T. Vasconi, “Contra la escuela” (borradores para una crítica marxista de la educación) en Sociedad y Desarrollo, No 2, Santiago de Chile, 1972.

5. En Cine Cubano, No 81 – 82 – 83, La Habana 1972, se puede leer análisis de la penetración y agresión imperialista mediante los comics, en especial de la línea de Walt Disney, Popeye y Tarzán.

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